Los problemas gastrointestinales durante el ejercicio no son ninguna rareza, especialmente entre deportistas de resistencia como corredores, triatletas o ciclistas. Si has sentido alguna vez urgencia por ir al baño a mitad de una tirada larga, o te ha entrado un retortijón en plena serie de cuestas… no estás solo. De hecho, estos síntomas pueden afectar seriamente al rendimiento, e incluso obligar a abandonar una competición. Vamos a ver por qué suceden y, lo más importante, qué se puede hacer para prevenirlos.
Durante el ejercicio intenso, el cuerpo prioriza el flujo sanguíneo hacia los músculos y la piel, y reduce drásticamente la irrigación del sistema digestivo. Esto provoca un estado de «hipoperfusión esplácnica» que afecta la mucosa intestinal, disminuye la absorción de nutrientes y agua, y puede aumentar la permeabilidad intestinal. A esto le puedes sumar el estrés físico y mental, cambios hormonales y factores mecánicos como el rebote abdominal en deportes como la carrera.
Las causas de los síntomas GI no se entienden completamente. Los síntomas son difíciles de investigar debido a que, con frecuencia son específicos de las situaciones competitivas y no pueden simularse en los laboratorios. Lo que sí han podido identificarse son causas potenciales, las cuáles se dividen en 3 categorías:
Factores que influyen en la aparición de los problemas digestivos:
1. Intensidad del ejercicio: Por encima del 70-80% VO2max, el vaciamiento gástrico se enlentece, la irrigación intestinal disminuye y los problemas aparecen con mayor facilidad.
2. Modalidad deportiva: Correr tiene más impacto mecánico que nadar o montar en bici, por eso es más habitual sufrir síntomas digestivos en corredores.
3. Sexo y estado hormonal: Las mujeres, especialmente durante la menstruación, pueden ser más propensas.
4. Nivel de estrés: El sistema nervioso simpático se activa con el estrés (como una competición importante), afectando negativamente al tracto gastrointestinal.
5. Temperatura y deshidratación: El calor extremo agrava la falta de riego sanguíneo y complica la digestión.
Alimentos y sustancias que pueden empeorar la situación:
Los problemas gastrointestinales durante el ejercicio pueden arruinar semanas o meses de preparación si no se toman en serio y los dejas pasar. Entender por qué ocurren y aplicar estrategias individualizadas es clave para prevenirlos.
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