julio 18, 2025
6 min de lectura

Problemas gastrointestinales durante el ejercicio. Causas, síntomas y estrategias para prevenirlos.

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Los problemas gastrointestinales durante el ejercicio no son ninguna rareza, especialmente entre deportistas de resistencia como corredores, triatletas o ciclistas. Si has sentido alguna vez urgencia por ir al baño a mitad de una tirada larga, o te ha entrado un retortijón en plena serie de cuestas… no estás solo. De hecho, estos síntomas pueden afectar seriamente al rendimiento, e incluso obligar a abandonar una competición. Vamos a ver por qué suceden y, lo más importante, qué se puede hacer para prevenirlos.

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¿Por qué se producen los problemas gastrointestinales durante el ejercicio?

Durante el ejercicio intenso, el cuerpo prioriza el flujo sanguíneo hacia los músculos y la piel, y reduce drásticamente la irrigación del sistema digestivo. Esto provoca un estado de «hipoperfusión esplácnica» que afecta la mucosa intestinal, disminuye la absorción de nutrientes y agua, y puede aumentar la permeabilidad intestinal. A esto le puedes sumar el estrés físico y mental, cambios hormonales y factores mecánicos como el rebote abdominal en deportes como la carrera.

Causas y síntomas más comunes:

Las causas de los síntomas GI no se entienden completamente. Los síntomas son difíciles de investigar debido a que, con frecuencia son específicos de las situaciones competitivas y no pueden simularse en los laboratorios. Lo que sí han podido identificarse son causas potenciales, las cuáles se dividen en 3 categorías:

  1. Fisiológicas: Como es la reducción del flujo sanguíneo y posible aumento de ansiedad (antes de competición)
  2. Mecánicas: Estas se relacionan por el impacto y zarandeo repetitivo a nivel gástrico. Especialmente en la carrera.
  3. Nutricionales: Por el consumo de alimentos ricos en fibra, grasas, proteínas, incluso contenido en fructosa (en personas no entrenadas) y la deshidratación.

Y cabe mencionar que cada deportista es un mundo, pero los síntomas más habituales son:

  • Hinchazón o distensión abdominal
  • Náuseas o vómitos
  • Diarrea o urgencia por defecar
  • Dolor estomacal
  • Gases y flatulencias
  • Reflujo gastroesofágico o ardores
  • Calambres intestinales

En casos extremos, puede incluso aparecer hemorragia digestiva o sangre en las heces.

Factores que influyen en la aparición de los problemas digestivos:

1. Intensidad del ejercicio: Por encima del 70-80% VO2max, el vaciamiento gástrico se enlentece, la irrigación intestinal disminuye y los problemas aparecen con mayor facilidad.

2. Modalidad deportiva: Correr tiene más impacto mecánico que nadar o montar en bici, por eso es más habitual sufrir síntomas digestivos en corredores.

3. Sexo y estado hormonal: Las mujeres, especialmente durante la menstruación, pueden ser más propensas.

4. Nivel de estrés: El sistema nervioso simpático se activa con el estrés (como una competición importante), afectando negativamente al tracto gastrointestinal.

5. Temperatura y deshidratación: El calor extremo agrava la falta de riego sanguíneo y complica la digestión.

Alimentos y sustancias que pueden empeorar la situación:

Hay ciertos alimentos, suplementos y medicamentos que pueden aumentar el riesgo de molestias:

  • Exceso de fibra y grasa antes o durante el ejercicio
  • Alimentos ricos en lactosa (si hay intolerancia)
  • Deshidratación
  • Altas dosis de cafeína
  • Suplementos de magnesio o hierro
  • AINES (Fármacos antiinflamatorios no esteroideos) como ibuprofeno o aspirina
  • Alto consumo de hidratos de carbono de absorción rápida (en personas muy sensibles)

Estrategias para prevenir los problemas digestivos:

  1. Entrenamiento del sistema digestivo: Igual que se entrena el músculo, se puede entrenar al intestino para que tolere mejor alimentos y bebidas en carrera. Esto se hace poco a poco, probando combinaciones en los entrenamientos y adaptando la alimentación pre, intra y post.
  2. Evita los errores clásicos: Como probar geles nuevos el día de la carrera, comer muy cerca del ejercicio o pasarse con la fibra o las grasas.
  3. Hidrátate bien: La deshidratación agrava todos los problemas digestivos. Controla la pérdida de peso durante entrenamientos largos y ajusta tu plan de hidratación.
  4. Cuida los tiempos: Espera al menos 2-3 horas tras una comida copiosa antes de entrenar. Si vas a comer algo antes, que sea ligero y digerible.
  5. Adapta la alimentación previa a la prueba: En los días previos a una competición, reduce la fibra, el exceso de grasa y alimentos irritantes. Asegura el aporte de carbohidratos fáciles de digerir.
  6. Observa y personaliza: Lleva un registro de qué alimentos toleras mejor y cuáles te dan problemas. Cada deportista es diferente, y la nutrición deportiva también debe serlo.

Conclusión:

Los problemas gastrointestinales durante el ejercicio pueden arruinar semanas o meses de preparación si no se toman en serio y los dejas pasar. Entender por qué ocurren y aplicar estrategias individualizadas es clave para prevenirlos.

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